Día Mundial del Agua: 22 de Marzo

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El Día Mundial del Agua fue adoptado por la ONU en 1992 para promover cada 22 de marzo la importancia de este recurso. A esto se suma que uno de los 17 Objetivos de Desarrollo Sostenible que plantea “garantizar la disponibilidad de agua, su gestión sostenible y el saneamiento para todos” con miras al 2030.

Este año, el tema del Día Mundial del Agua, 22 de marzo, es “Aguas residuales, ¿por qué desperdiciar agua?”. Se trata de reducir y reutilizar las aguas residuales. El objetivo 6.3 de los Objetivos de Desarrollo Sostenible (SDG) es “mejorar la calidad del agua, reducir la contaminación, eliminar los vertidos y minimizar la liberación de productos químicos y materiales peligrosos, reducir a la mitad el porcentaje de aguas residuales no tratadas y aumentar sustancialmente el reciclaje y la reutilización segura del agua”.

En la práctica esta meta comprende un gran desafío si se considera que los países en desarrollo no cuentan con la infraestructura ni los recursos para gestionar el agua de manera eficiente y sostenible, según reconoce el propio organismo internacional.
Sin embargo, existe una fuente de agua con gran potencial que aún no ha sido explorado en su totalidad y que corresponde a las aguas residuales. Éstas se generan después de ser consumidas o utilizadas por la población y antes que regresen al medio ambiente.
Por esta razón, hoy la ONU promueve la campaña “¿Por qué gastar agua?” como una manera de generar conciencia sobre la importancia y necesidad de disminuir el porcentaje de aguas sin tratamiento para que vuelvan a estar aptas para el consumo humano.

La necesidad de someter las aguas residuales a un proceso de limpieza se vuelve urgente si se considera que más del 80 por ciento de esta agua vuelve al medio ambiente sin tratamiento de saneamiento o reutilización.
Es más porque cada año causa la muerte de 842 mil personas y se estima que 1 millón 800 mil personas tiene una fuente de agua contaminada por heces que aumenta el riesgo de generar enfermedades como cólera, disentería (úlceras intestinales), fiebre tifoidea y poliomielitis.
Frente a esto, el mejoramiento de las condiciones de saneamiento del agua es más urgente si se considera que el nuevo Objetivo de Desarrollo Sostenible plantea como meta el año 2030 para cuando se estima que la demanda global de agua aumente en un 50%, a solo 20 años que un 70% de la población mundial viva en ciudades frente al actual 50%.

Este objetivo también contribuye a conseguir los Objetivos de Desarrollo Sostenible sobre la salud y el bienestar (SDG 3); la seguridad del agua y el saneamiento (SDG 6); la energía sostenible y limpia (SDG 7); las ciudades y comunidades sostenibles (SDG 11); la vida bajo el agua (SDG 14) y la vida en la tierra (SDG 15) entre otros.
Aún hoy, más de 663 millones de personas viven sin un suministro de agua segura cerca de su casa, pasan innumerables horas haciendo colas o caminando a fuentes lejanas y haciendo frente a los impactos en la salud del uso de agua contaminada.
Globalmente, más del 80 por ciento de las aguas residuales vuelve a fluir hacia el ecosistema sin ser tratadas o reutilizadas; 1.800 millones de personas utilizan una fuente de agua potable contaminada con heces con el riesgo de contraer enfermedades como cólera, disentería, fiebre tifoidea o poliomielitis. Esta es la causa de alrededor de 842.000 muertes cada año.

Asimismo, es importante reconsiderar el tratamiento de aguas residuales para su uso en la agricultura. El uso de fertilizantes químicos y plaguicidas ha aumentado en los últimos años, tanto en la agricultura industrial como en la pequeña, en parte, para ayudar a maximizar los rendimientos de las explotaciones agrícolas para hacer frente a una fuerte demanda.
La contaminación de las aguas subterráneas y superficiales por el empleo de aguas residuales no tratadas o tratadas inadecuadamente es un tema importante en muchos países en desarrollo donde se practica tal riego. El tratamiento y reutilización adecuados de aguas residuales contribuiría a una mayor seguridad alimentaria y a generar nuevas fuentes de agua y nutrientes. También puede crear trabajos directos e indirectos en sectores dependientes del agua.
El agua residual es percibida como un recurso valioso en la economía circular y su manejo seguro es una inversión eficiente en la salud de los seres humanos y de los ecosistemas. Mejorar la gestión de las aguas residuales significa mejorar los 6 objetivos dela meta de desarrollo sostenible en el sector del agua.

Naciones Unidas quiere llamar la atención sobre la problemática de las “Aguas Residuales” convirtiendo este tema en eje central de la celebración del Día Mundial del Agua 2017.

Todos podemos aportar al cumplimiento de los objetivos "Mejoremos la calidad del agua, reduzcamos la contaminación, eliminemos los vertidos y minimicemos la liberación de productos químicos y materiales peligrosos, reduzcamos a la mitad el porcentaje de aguas residuales no tratadas y aumentemos sustancialmente el reciclaje y la reutilización segura del agua”.

Fuente: Aquae