1 Equilibrio - La primera clave En seis partidos, la selección de Francia solamente ha recibido cuatro goles (tres de ellos, de Argentina). Eso muestra un buen trabajo defensivo del equipo de Didier Deschamps, que parte de una defensa de cuatro y dos volantes delante de ella, pero que ha tenido muchas variantes. Por momentos, Paul Pogba se ha metido entre los dos centrales para ayudar a controlar el juego aéreo. En otros se desdobla al ataque y le da juego y salida a su equipo.
2 Individualidades - Un nivel muy alto Además del rendimiento colectivo, Francia también ha tenido jugadores en un momento brillante en el Mundial. Como N’Golo Kanté, que aparece por todos los sectores del campo, quita, lucha y sale jugando. También Antoine Griezmann, que en este torneo ha sido distinto al del Atlético de Madrid, no tan tirado en punta, con sentido colectivo: no solo anota, sino que también es pasegol. Y Kylian Mbappé, que lleva tres tantos y puede dar más.
3 Poco desgaste - Un Mundial ‘tranquilo’ Aunque Francia no ha ganado por amplio marcador ninguno de los seis partidos que jugó en el Mundial, tampoco ha tenido que exigirse mucho desde el punto de vista físico. De hecho, varios titulares descansaron frente a Dinamarca, en el último partido de la fase de grupos (Lloris, Pavard, Umtiti y Pogba), y otros entraron en el segundo tiempo (Mbappé y Giroud). Eso, más el día adicional de descanso, podría ser una ventaja.
4 Sin un goleador - Compensado en ataque En 1998, cuando obtuvo su primer título mundial, Francia se coronó sin que su dentro delantero titular marcara ningún gol, Stephane Guivarch. Los dos que entraban, David Trezeguet y Thierry Henry, aportaron tres tantos cada uno desde el banco. Acá hay un panorama similar: Olivier Giroud está en blanco en esta Copa del Mundo, pero Francia lo ha compensado con Griezmann, Mbappé e incluso zagueros como Varane y Pavard.
Croacia busca un título inédito en su historia.
1 Un equipo con corazón - Capacidad de recuperación En las tres fases de eliminación directa, Croacia siempre comenzó perdiendo: Dinamarca le marcó en el primer minuto y empató rápidamente; Rusia también se puso 1-0 en el primer tiempo, Croacia lo volteó y luego los locales llevaron la serie de cuartos de final hasta los penaltis. Y frente a Inglaterra también perdía antes de los diez minutos. Nunca antes un equipo necesitó de tres alargues para llegar a una final de la Copa del Mundo. Puro corazón
2 Orden y salida - La táctica de los croatas Croacia parte de una línea de cuatro zagueros (Vrsaljko, Lovren, Vida y Strinic). Delante de ellos, el DT Zlatko Dalic ubica a dos volantes de muy buen manejo de pelota (Rakitic y Brozovic). Luka Modric es el eje del equipo. Por las bandas, Rebic y Perisic le dan salida al equipo y alimentan a Mario Mandzukic, su delantero en punta. Con esa fórmula, en 630 minutos (90 en alargues), anotó 12 goles y recibió apenas cinco. Un buen balance
3 La importancia de Modric - Talento y liderazgo Luka Modric es el jugador de Croacia con más minutos en el Mundial de Rusia: 640, contando los alargues y los tiempos adicionales en cada tiempo. En todo ese tiempo en la cancha, el jugador del Real Madrid aportó talento y goles, en un equipo que no ha tenido un gran artillero: ocho jugadores distintos han marcado gol. "Es nuestro guía. Nosotros lo seguimos a él. Es de los mejores jugadores del mundo”, dijo Mandzukic de él.
4 La respuesta física - Enorme desgaste Una de las preocupaciones sobre Croacia era cómo iba a responder ante la exigencia de la semifinal, tras haber jugado dos alargues y frente a una Inglaterra con muchos menos minutos en la cancha. Sin embargo, la respuesta física ha sido impresionante, a tal punto de que el DT no hizo ningún cambio en los 90 minutos y dosificó sus cuatro modificaciones en el alargue. Eso sí, Ivan Perisic terminó tocado. El reto es enorme de acá al domingo.
